martes, 26 de febrero de 2013
Ficha: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro - Edgar Morin
TÍTULO DEL LIBRO: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
AUTOR O AUTORES: Edgar Morin
EDICIÓN: 1era edición – 6ta reimpresión
Nº VOLÚMENES: 1
LUGAR Y FECHA DE EDICIÓN: Buenos Aires – 2011
EDITORIAL: Ediciones Nueva Visión
Nº DE PÁGINAS (TOTAL): 122
Nº DE CAPÍTULOS: 7
SUBTÍTULOS DE LOS MISMOS:
I – LAS CEGUERAS DEL CONOCIMIENTO: EL ERROR Y LA ILUSIÓN
II – LOS PRINCIPIOS DE UN CONOCIMIENTO PERTINENTE
III – ENSEÑAR LA CONDICIÓN HUMANA
IV – ENSEÑAR LA IDENTIDAD TERRENAL
V – ENFRENTAR LAS INCERTIDUMBRES
VI – ENSEÑAR LA COMPRENSIÓN
VII – LA ÉTICA DEL GÉNERO HUMANO
CONTENIDO (Temas Centrales)
- El CONOCIMIENTO del CONOCIMIENTO como necesidad primera para afrontar riesgos permanentes de error e ilusión.
- Promover un conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los conocimientos parciales y locales.
- Restaurar la complejidad de la naturaleza humana que ha sido completamente desintegrada en la educación, a través de las disciplinas, imposibilitando aprender lo que significa ser humano.
- El destino planetario del género humano, realidad que la educación no puede ignorar.
- Incorporar a la educación la enseñanza de principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto.
- La educación para la comprensión mutua entre humanos como elemento vital para que las relaciones humanas salgan de su estado de incomprensión.
- El carácter ternario de la condición humana (ser a la vez individuo – sociedad – especie) y la construcción de una “antropoética” a través de la educación.
Contenidos por Capítulos:
- Capítulo I: Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. El reconocimiento del error y de la ilusión es tan difícil que no se reconocen en absoluto. Error e ilusión parasitan la mente humana y la educación debe mostrar esta realidad. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos.
La proyección de nuestros deseos o miedos, las emociones, la afectividad, pueden asfixiar o fortalecer el conocimiento.
Existen errores mentales como el egocentrismo, la necesidad de autojustificación, la tendencia a proyectar en otros la causa del mal, la posibilidad de mentirse a sí mismo, como así también nuestra memoria está sujeta a numerosas fuentes de error. Hay errores intelectuales en nuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas, ideologías), y hay errores de la razón. Es necesario distinguir la racionalidad de la racionalización. La racionalidad es abierta por naturaleza, dialoga con una realidad que se le resiste y reconoce sus insuficiencias. En cambio la racionalización es cerrada, ignora la subjetividad, la afectividad, la vida, y considera que la mente humana es onmisciente.
Es necesario reconocer en la educación para el futuro un principio de incertidumbre racional.
También hay cegueras paradigmáticas, las cuales deben ser bien tenidas en cuenta por la educación. Los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscriptos culturalmente en ellos.
Hay que considerar lo inesperado, que nos sorprende porque nos hemos instalado con gran seguridad en nuestras teorías, en nuestras ideas y éstas no tienen ninguna estructura para acoger lo nuevo.
El conocimiento del conocimiento que conlleva la integración del conociente en su conocimiento, debe aparecer ante la educación como un principio y una necesidad permanente. Necesitamos que se cristalice y se radique un paradigma que permita el conocimiento complejo.
- Capítulo II: Es necesario un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades, sus conjuntos, desarrollando la aptitud natural de la inteligencia para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto.
El problema universal para todo ciudadano del nuevo milenio: ¿Cómo lograr el acceso a la información sobre el mundo y cómo lograr la posibilidad de articularla y organizarla? ¿Cómo percibir y concebir el Contexto, lo Global (relación todo / partes), lo Multidimensional, lo Complejo? A este problema universal está enfrentada la educación del futuro.
Para que un conocimiento sea pertinente, la educación deberá evidenciar:
• El Contexto: hay que ubicar las informaciones y los elementos es su contexto para que adquieran
sentido. Claude Bastien dice que “la evolución cognitiva no se dirige hacia la elaboración de conocimientos cada vez más abstractos, sino, por el contrario, hacia su contextualización” y agrega “la contextualización es una condición esencial de la eficacia (del funcionamiento cognitivo).
• Lo Global: lo global es más que el contexto, es el conjunto que contiene partes diversas ligadas de
manera inter-retroactiva u organizacional.
• Lo Multidimensional: las unidades complejas, como el ser humano o la sociedad son
multidimensionales y un conocimiento pertinente debe recocer esta multidimensionalidad e insertar allí sus informaciones.
• Lo Complejo: el conocimiento pertinente debe enfrentar la complejidad. La complejidad es la unión
entre la unidad y la multiplicidad. La educación debe promover una “inteligencia general” apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global.
La educación del futuro tiene la misión de promover la inteligencia general de los individuos.
- Capítulo III: La condición humana debe ser objeto esencial de cualquier educación. Es necesario que
cada uno tome conocimiento y conciencia al mismo tiempo de su identidad compleja y de su identidad común a todos los demás humanos.
La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. Conocer lo humano es, principalmente, situarlo en el universo y, a la vez, separarlo de él.
Nos hemos desarrollado más allá del mundo físico y viviente. Es en este más allá que opera el pleno desplegamiento de la humanidad. Comprender lo humano es comprender su unidad en la diversidad, su diversidad en la unidad. Hay que concebir la unidad de lo múltiple, la multiplicidad del uno.
La educación deberá ilustrar este principio de unidad / diversidad en todos los campos.
Una de las vocaciones esenciales de la educación del futuro será el examen y el estudio de la complejidad humana. Ella conduciría a la toma de conocimiento, esto es, de conciencia, de la condición común a todos los humanos, y de la muy rica y necesaria diversidad de los individuos, de los pueblos, de las culturas, sobre nuestro arraigo como ciudadanos de la Tierra.
- Capítulo IV: Es pertinente enseñar que la historia de la era planetaria, que comienza con la comunicación de todos los continentes en el siglo XVI, y mostrar cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del mundo, y también señalar la complejidad de la crisis planetaria que enmarca el siglo XX, mostrando que todos los humanos viven en una misma comunidad de destino.
Lo que agrava la dificultad de conocer nuestro Mundo es el modo de pensamiento que ha atrofiado en nosotros la aptitud de contextualizar y globalizar, mientras que la exigencia de la era planetaria es pensar la globalidad, la relación todo – partes, su multidimensionalidad, lo complejo.
Este planeta necesita un pensamiento policéntrico, consciente de la unidad / diversidad de la humana condición, alimentado de las culturas del mundo. Educar para este pensamiento es la finalidad de la educación del futuro que debe trabajar en la era planetaria para la identidad y la conciencia terrenal.
El planeta se ha encogido. El mundo se vuelve cada vez más un todo.
La unión planetaria es la exigencia racional mínima de un mundo limitado e interdependiente. Debemos avanzar hacia una comunidad de destino, avanzar en la noción de Tierra – Patria.
- Capítulo V: Una gran conquista de la inteligencia sería poder, al fin, deshacerse de la ilusión de predecir el destino humano. El futuro se llama incertidumbre.
La Historia es un complejo de orden, de desorden y de organización. Vivimos en un mundo incierto.
Una nueva conciencia empieza a surgir: el hombre, enfrentado a las incertidumbres por todos lados, es arrastrado hacia una nueva aventura. El conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas.
Capítulo VI: La comprensión es, al mismo tiempo, medio y fin de la comunicación humana. La educación para la comprensión está ausente de nuestras enseñanzas. La situación sobre nuestra Tierra es paradójica: la comunicación triunfa, y, sin embargo, la incomprensión sigue siendo general.
Una de las finalidades de la educación para el futuro es el problema de la comprensión que se ha vuelto crucial para los humanos. Enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad, ésa es la misión espiritual de la educación. La comunicación no conlleva comprensión. La primera condición para la comprensión es la inteligibilidad, pero no es suficiente La comprensión humana comporta un conocimiento de sujeto a sujeto. Comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección. Siempre intersubjetiva, la comprensión necesita apertura, simpatía, generosidad.
Dada la importancia de la educación en la comprensión en todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; ésa debe ser la labor de la educación del futuro.
- Capítulo VII: La educación debe conducir a una “antropoética”. La concepción compleja del género humano comprende la tríada individuo – sociedad – especie. En medio de esta tríada compleja emerge la conciencia. La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, parte de una especie. De allí se esbozan las dos grandes finalidades eticopolíticas del nuevo milenio: establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La antropoética conlleva, entonces, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria.
Valoración Personal: Alfredo A. Davadié
Me resultó una lectura muy interesante y ágil. La introducción previa al desarrollo de cada Capítulo facilita el abordaje de ellos, teniendo de antemano una idea de cuál será la temática a tratar.
Hoy es común hablar de estos temas y puede que no nos sorprendan, pero creo que lo más importante está en la claridad con que son tratados y en señalar permanentemente la trascendencia que éstos adquieren para la educación del futuro, y lo que es más importante aún, para nuestro futuro como Humanidad. Nos propone una reforma del pensamiento que nos permita concebir todas las cosas en su contexto y en el todo planetario. Este planeta es nuestra Tierra – Patria, somos ciudadanos del mundo.
El “Contexto”, lo “Global”, lo “Multidimensional”, “lo “Complejo”, lo “Incierto” son invisibles que la educación debe evidenciar.
Comparto estas citas textuales que me parecen de una enorme riqueza para analizar nuestras prácticas docentes: “Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas” y “Lo esperado no se cumple y para lo inesperado un dios abre la puerta”.
Debemos modificar nuestro pensamiento de manera que enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracterizan nuestro mundo. Debemos trabajar para construir un “futuro viable” donde la democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía sean la clave para el mundo que queremos vivir.
(1) Las citas textuales van con comillas “ ” .
(2) Aportes personales van con corchetes [ ].
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