martes, 26 de febrero de 2013

Ficha: EL DESNUTRIDO ESCOLAR - Inés Rosbaco


TITULO DEL LIBRO: EL DESNUTRIDO ESCOLAR, Dificultades de aprendizaje en los niños de contextos de pobreza urbana

DATOS BIBLIOGRAFICOS
Autora: Rosbaco, Inés Cristina, nacida en Paraná, Entre Ríos. De profesión Psicóloga.
Edición: I
Nº Volúmenes: I
Lugar Y fecha de Edición: Rosario, diciembre del 2000.
Editorial: Homo Sapiens Ediciones.
Nº de páginas (total): 142.
Nº de capítulos y subtítulos de los mismos: 10

Nombre del lector: Profesora Naci. y Univ. Prinsich María E.


EL DESNUTRIDO ESCOLAR

Dificultades de aprendizaje en los niños de contexto de pobreza urbana
El trabajo de investigación de la Psicóloga Inés  Rosbaco, se basa  en  la preocupación por avanzar en el conocimiento de las condiciones “objetivas “y “subjetivas”, que inciden en los problemas que se generan con el aprendizaje escolar.
Busca abordar esta problemática desde el sistema educativo o desde un análisis institucional, pone en énfasis en constitución del psiquismo y del pensamiento en niños proveniente de sectores carenciados y analiza las respuestas a las prácticas educativas. 
Selecciono niños que viven en la cuidad de San Lorenzo (Santa fe), con problemas de aprendizaje entre 6 y 8 años, que en su mayoría sus casas (casillas),se ubican  cerca  del  arroyo, construida de chapa, de madera clavada y hasta de hechas de materias de desecho. 
Concurren  a la escuela primaria, del barrio, que con el tiempo deja  de ser precaria, a nueva, hoy tiene una cocina, un amplio comedor, aulas, una dirección y un patio que rodea las aulas. 
El barrio cuenta además con un costurero, que enseña  costura, recauda donaciones de todo tipo  y el mismo lugar un Centro de Alfabetización de Adultos.
No tiene plaza de juegos, atraviesan la gran avenida para ir la que se encuentran del otro lado
El dispensario, con médicos especialistas, pero el referente más importante es el enfermero, ya que es un gran conocedor del barrio  y los pobladores le tienen confianza y respeto. Las instituciones religiosas, en el barrio en su gran mayoría Testigos de Jehová y católicos, donde se organizan grupos de jóvenes voluntarios donde ofrecen apoyo escolar a los niños. Un barrio convulsionado por mayo presencia de guaridas de narcotraficantes de drogas y ladrones. Violencias familiares, maltrato infantil.
La situación laboral de los habitantes del barrio, considerados de alto riesgo social. La mayoría de los hombres realizan changas, albañilería, carga y descarga de camiones, venta de huevos y productos de elaboración casera; pocos contratos en el sector público; las mujeres consiguen trabajo más  fácil, la mayoría en caso de familia, en mucho caso pasan a ser sostén de familia.
Estos niños  hijos de ex obreros del ex cordón industrial, que como consecuencia de los proceso de pauperización acelerada que padecían, se habían mudado a este barrio  considerado por las autoridades municipales del “alto riesgo social”; otros eran los “pobres estructurales”, con problemas de aprendizaje (con necesidades básicas insatisfechas), lugareños  que viven allí hace muchos años.
Por las características del barrio donde viven  estos niños, la situación socio cultural y de la historia personal y familiar de ellos  en constitución de su subjetividad y en la configuración del síntoma de no aprender,  puede ser considerado  su paso por la escuela como fracaso escolar.
Pero debemos tener en cuenta  que la escuela es el primer organizador social, donde se comienza a elaborar su proyecto identifica torios con materiales extraídos de su medio familiar, sobre las identificaciones que ha realizado con sus padres y, mediante éstos, con el grupo social de pertenencia.
A estos niños, llamados los “nuevos pobres”, “es importante no confundir un problema de aprendizaje “reactivo” con un síntoma del “no aprender”. El niño con problemas de aprendizaje –síntoma también tiene un “atrape” de la inteligencia por deseos de orden inconsciente que determinan el rechazo del conocimiento. En cambio, el niño con problemas de aprendizaje reactivo pudo desear aprender, pero no se le proveyó de situaciones de aprendizajes posible (Alicia Fernández, 1994). Las razones  del no aprender hay que buscarlas en el sistema educativo  o en la relación del docente con el alumno.
Cuando más nos acercamos a los pobres estructurales el fracaso escolar adquiere otras características, por lo que, cuando no se trata de un compromiso de la historia afectiva del niño anterior a su entrada en la escuela, lo hemos de definir como “desnutridos escolares”, valiéndose de la comparación de A. Fernández. 
El desnutrido escolar, no se defiende, ante la violencia simbólica de algunas escuelas. Se posiciona  pasivamente, enfrentando a su propia impotencia, a su propio fracaso que ni siquiera comprende. Lo que no quiere decir que para el ojo avizor, este niño también denuncie al sistema en su misma renuncia al deseo de aprender, con un sentimiento agregado de“no aprender”.
Suele ocurrir que estos niños son tratados por gabinetes escolares o por profesionales de la salud, pues es frecuente la derivación de estos niños por problemas de aprendizaje a escuelas especiales, pero nada más lejos que la realidad.
Los problemas de aprendizaje necesitan tratamientos cuando hay una historia afectiva que cristaliza los sentidos del aprender. Es importante para estos niños proponerle un espacio pedagógico grupal, donde pueda ir re- construyendo el espacio de confianza dañada (necesario para el despliegue de la curiosidad de aprender), y que a su vez, lo ayude a recuperar la autoestima perdida.
La escuela, por intermedio del docente, es importante brindarle, un lugar, un espacio  al niño donde tenga el deseo de aprender emprenda una búsqueda activa de lo novedoso.
El desnutrido escolar tiene características totalmente diferentes al deficiente mental y a cualquier otra patología.
Se trata de un niño que, si el repliegue del YO no ha sido demasiado grande y sobre todo, si no viene de larga data, sus estructuras cognitivas no se encuentran dañadas ni faltan construir otras como en algunos niños con otra clase de problemas de aprendizaje.
Su curiosidad y deseo de aprender están presentes como funciones bien  constituidas,  al momento de efectuarse el pasaje de lo familiar a lo extra familiar, pasaje que no necesariamente implica demasías dificultades
En cambio las inhibiciones cognitivas de estos niños no obedecen a transacciones pulsionales con conflictos  intrapsíquicos,  características éstas que pertenecen a los síntomas, sino que más bien parece tratarse de inhibiciones con un histórico empobrecimiento cultural.
Los niños  a los que nos referimos tienen vivencias desamparo y abandono que se remonta a la infancia temprana y que han sido reactivadas como consecuencia del fracaso en sus primeras incursiones en la escuela, cada vez que la integridad de su YO se vio amenazado, cada vez que su deseo de construir su propio pensamiento se vio amenazado; pero sus  historias han mostrado los contrario, niños curiosos que ingresaron a la escuela con deseos de aprender, capaces de organizar escenas lúdicas con despliegues imaginarios.
La experiencia escolar ha sido tan frustrante que resalta en ellos la sumisión propia de resignación.
Estos niños son los desahuciados de la cultura hegemónica, en quienes recae  todo el peso de los procedimientos que utiliza la sociedad cuando margina, con curri culas que obviamente no fueron preparadas para ellos.
En las observaciones de clase pudimos advertir; en sus inicios que los niños provenientes de sectores muy carenciados, en su mayoría tenían inhibiciones intelectuales, con su autoestima muy baja, falta de curiosidad y de deseo por la adquisición de novedades y un gran sufrimiento psíquico que, en algunos, había ocasionado desgarros narcisisticos importantes.
Los docentes, desvalorizados socialmente al igual que los padres de los niños, también tenían una autoestima de su profesión deteriorada, sus ideales y sus proyectos de vida, habían sucumbido bajo esta suerte de anomia social de descensos abruptos en la escala social y de la impotencia que genera el desfallecimiento de la ley, la corrupción y borra miento del Estado en relación con las escuelas.
Ellas también eran victimas sociales, sólo que creían que se estas cosas les ocurrían por propias ineptitud, se sentían culpables del fracaso de su enseñanza.
Habían quedado, sin ser conscientes de ello, relegadas y replegadas, a un aula plena de miserias humanas.
Conclusión
Los niños que no aprenden por factores históricos, afectivos o por déficits del sistema educativo, pueden ser ayudados en proceso de constitución de un pensamiento autónomo desde un posicionamiento docente que permita el despliegue de los niños, a partir de re-considerar el modo de  su práctica cotidiana. Hijos de la crisis 2001 y de una EDUCACIÓN RELEGADA.

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