miércoles, 3 de abril de 2013
FICHA: ¿Dónde está la escuela? - Silvia Duschatzky Alejandra Birgin (compiladoras)
TÍTULO DEL LIBRO: ¿DÓNDE ESTÁ LA ESCUELA? Ensayos sobre la gestión institucional en tiempos de turbulencia.
DATOS BIBLIOGRÁFICOS
AUTOR O AUTORES: Silvia Duschatzky Alejandra Birgin (compiladoras)
Bernardo Blejmar – MrceloPercia – Gregorio Kaminsky – Graciela Frigerio
EDICIÓN: 1ª ed. 2ª reimp.
LUGAR Y FECHA DE EDICIÓN: Buenos Aires, Argentina. – 2001
EDITORIAL: Flacso Manantial.
NÚMERO DE PÁGINAS: 149
NÚMEROS DE CAPÍTULOS Y SUBTÍTULOS DE LOS MISMOS:
CAPÌTULO I Escenas escolares de un nuevo siglo.
CAPÍTULO 2 De la gestión de resistencia a la gestión requerida
CAPÍTULO 3 Ideas que responden, preguntas que no cesan. Para una clínica de las instituciones.
CAPÍTULO 4 Escuelas en escena Imágenes institucionales que estallan el discurso educativo.
CAPÍTULO 5 Los bordes de lo escolar
EPÍLOGO Todo lo sólido se desvanece en el aire
FICHAJE: Silvia V. Benedetich
PRESENTACIÓN
Este libro busca construir un fresco que pinte las escuelas a través de distintas escenas del transcurrir de la vida escolar. A partir de entrevistas a directores, se construyeron relatos, se recuperaron allí sus palabras, lo que ellos viven, hacen y sienten en su escuela.
No persiguen retratar instituciones particulares sino formas de transitar por la experiencia educativa. Son escenas que invitan a preguntar por las diferentes formas de hacer escuela y por los vacíos de experiencia pública en un escenario de profundización de los quiebres del lazo social.
Hay múltiples modos de pensar la gestión en las instituciones, es una práctica ineludible a la hora de poner en marcha una idea, un proyecto, una institución. Nunca como ahora “la gestión” se presenta como el gran paraguas que todo lo contiene.
La educación no es más potente por su carácter innovador sino por su capacidad de producir alguna diferencia en el sujeto y de poner a su disposición algo que le permita ser distinto en algún aspecto. La cuestión no es entonces ahogarse de innovaciones sino crear condiciones para que el por-venir acontezca.
El libro que aquí se presenta se plantea el desafío de transitar por los problemas de la gestión institucional en tiempos en que han estallado las representaciones sobre la escuela.
Se trata de un diálogo entre escenas escolares y pensamientos que irrumpen allí donde la práctica educativa parece demandar otras descripciones y otras posiciones. Éste texto se propone aportar para activar imaginarios capaces de provocar una ruptura en la fatalidad del tiempo existente.
CAPÍTULO I ESCENAS ESCOLARES DE UN NUEVO SIGLO
Se relatan escenas de cuatro instituciones secundarias ubicadas en distintas zonas geográficas y realidades sociales familiares culturales.
Primera escena: transcurre en un colegio situado en un barrio periférico, en los márgenes de un barrio en el que conviven grandes hoteles, edificios espejados símil Wall Street, etc. Día tras día se reitera el mismo suceso un docente puja por hacerse escuchar frente a un coro de bebés que tironean a sus mamás, sus alumnas, que intentan mantener la dualidad de su doble condición, éstas mamás adolescentes abandonan la escuela y pasan a engrosar las estadísticas de los desertores. Los profesores se preguntan ¿qué hacer?, la escuela no cuenta con un equipo de orientación, sólo poseen un asesor pedagógico. Un jardín maternal en la escuela aparecería como mejor opción. Las reacciones en los estamentos superiores no fueron alentadoras, la respuesta fue negativa. Hubo que buscar en otro lado llegando a la Secretaría de la Mujer, brindando la posibilidad de abrir una sala de jardín.
Pero la deserción no es simplemente una cuestión de género “cuando un chico consigue una changa deja la escuela”.
Los jóvenes traen códigos muy cerrados, comprendidos solo en la frontera de su lugar, la relación entre los chicos es muy dura, la mujer es desvalorizada y la violencia es el modo que los acerca. Insultan a los profesores, se van abruptamente del aula, no soportan escuchar.
El equipo de conducción ensaya otras formas de resolver las disputas entre ellos por ejm disputa por una joven. Los pibes transitan frecuentemente por los institutos de minoridad, el período en el que se registran más caídas es durante enero y febrero, tiempo en que la escuela permanece sin actividad. Pero lo siguen al instituto y les toman examen allí, de modo tal de favorecer su reinserción posterior a la escuela.
En el ámbito escolar se sienten reconocidos…”cuando les digo: Ponete las pilas, estás faltando mucho, , me contestan: Y usted cómo sabe quién soy yo?, cómo no, vos sos Juan…” transmitiendo en ese momento un gesto de satisfacción.
Cuando se solicitó un asistente social le contestaron ( al rector) que continuara apoyándose en la profesora del colegio que estudia la carrera y de hecho cumple ambas funciones.
A pesar del compromiso docente, hay resistencias a revisar los estilos de trabajo. Surge la pregunta, dónde está el problema:¿sólo en el pibe?, ¿qué responsabilidad le cabe al docente?, se trabaja con la asesoría pedagógica y en gral, se producen cambios. Segunda escena: colegio secundario ubicado en el barrio de Belgrano, recibe población de diferentes escuelas primarias del norte de la ciudad.
En general, los chicos se involucran en la situación de clase, muestran disposición a acompañar al docente. Cuestionan, pero no impugnan las reglas de juego: “un docente enseñando a un grupo de alumnos que vienen a aprender…”; no está en cuestión para ellos que a la escuela deben asistir.
Los pibes no son los mismos que aquellos que se recibían cuando la escuela se abrió. Los padres eran mucho más permisivos y su preocupación era que la pasaran bien, que no fueran maltratados. La estabilidad económica desapareció, de consumir sin límites tienen que pasar a consumir con restricciones impensadas.
Hoy hay mucha locura, por ejemplo, un joven cuyos padres se divorciaron, tienen que convivir con la nueva pareja homosexual del padre. Los chicos están muy expuestos a riesgos de todo tipo. Reconocen la necesidad de la formación; temen quedarse afuera y ven en la caída de sus familias un fantasma del que quieren huir.
Por su parte los docentes tienen gran autonomía intelectual, su formación académica es sólida, casi todos tienen otros ámbitos de pertenencia, algunos se dedican a la investigación, otros al trabajo editorial o a la docencia universitaria.
Los estilos de trabajo docente difieren entre sí , hay profesores que hablan todo el tiempo y otros son más constructivistas. La cuestión es que todos generen situaciones de producción. Se les propone asistir a las clases de sus compañeros, que observen otros estilos, en general son renuentes a hacerlo.
La vida social de los pibes circula por lugares muy restringidos. La Boca, San Telmo y otros barrios no existen para ellos. Consumen shoppings y son pocos los que usan celular. Todos siguen estudiando , la escuela es valorada porque es el trampolín para la universidad.
Tercera escena: ésta escuela está ubicada en las afueras del distrito de la Matanza, en un barrio muy humilde, de viejos trabajadores y actuales desocupados, cerca de una asentamiento. Estos pibes se hacen cargo de situaciones familiares complicadas, en muchos casos son los únicos proveedores de sus hogares y se ocupan del cuidado de sus hermanos menores. Comparten la vida escolar en el trabajo . El año pasado uno de los chicos esperaba la salida de la escuela para ir a robar armado, junto a un amigo robaron a una carnicería, la policía los atrapó y los llevó al juzgado. Apenas se enteraron en la institución fueron hasta allí con la asistente social. El pibe era adicto, pudieron evitar que lo trasladasen al instituto de menores; lo enviaron a una granja de recuperación. Personal de la institución no le perdió el rastro, lo visitaban.
La escuela para los chicos es mucho más que una escuela, se escuchan comentarios como:”Nosotros zafamos con la escuela que tenemos”. No es sencillo sostener la posición institucional que se desea, el único lugar no negociable es el respeto por los chicos. Lo que se busca es producir espacios que los “obligue” a salir de la posición de sometimiento, de resignación o de agresión en laque se encuentran.
Las becas generan altas expectativas y mucha desilusión cuando no son otorgadas.
No siempre se encuentran buenos interlocutores en la gestión superior.
Muchas de las percepciones sociales de las familias son muy autoritarias, en todas las casas hay algún policía.
Respecto a los docentes están agotados, lo que los salva es el compromiso con la realidad del pibe.
Cuarta escena: Ésta es una escuela diferente a las demás, para acceder, los chicos tienen que transitar muchas pruebas, pasar un examen de ingreso sumamente severo en simultáneo con la cursada de séptimo grado . El mandato familiar pesa y romper con una cadena de generaciones que egresaron del colegio también.
Se advierte que el 43% de los chicos que hacen el ingreso provienen de escuelas privadas.
Ser rector de una escuela como la que se describe es muy fácil, representa una gran ventaja disponer de una importante motivación de partida en los alumnos, la colaboración de otras unidades de la universidad, un presupuesto.
El eje del proyecto es la solidaridad, la compresión y el afecto; éstos son los grandes elementos distintivos que forman parte de la cultura institucional.
Los pibes de hoy sufren el desencanto, a medida que se acercan a quinto año crece la angustia por su futuro. La violencia circula en situaciones de diversa índole, en los gestos, en el trato entre ellos, en la agresión verbal, en el consumo de alcohol, y también de drogas, sin que signifique adicción, en los hechos de bulimia y anorexia, en la relación con los profesores. Se percibe mucha fragilidad en los vínculos familiares.
El proyecto más valioso de la escuela es el llamado Acción Solidaria, cuenta con el apoyo de los docentes, que no escatiman dedicación aún cuando los requerimientos exceden sus obligaciones. El aula es un reducto de arbitrariedades docentes, algunos discriminan y estigmatizan. No todos son respetuosos de los alumnos y esto tiene su contracara en la actitud de los pibes. El profesor que prepara sus clases, que viene a horario, que se compromete, aunque sea muy exigente, es respetado por los alumnos.
Se ha apoyado la creación del Centro de Estudiantes, éste espacio democratiza el funcionamiento de la escuela al igual que disponer de un Consejo Académico con representantes estudiantiles.
CAPÍTULO Nº 2 DE LA GESTIÓN DE RESISTENCIA A LA GESTIÓN REQUERIDA
Las escenas de las cuatro escuelas, operan como plataformas de reflexión, revisten la capacidad de provocar a quien interpelan.
Los narradores, directivos de las escuelas convocadas, no describen objetivamente sus realidades, se implican en las historias.
La ORGANIZACIÓN PRESUNTA es la organización percibida desde cada uno de los actores, en éste caso los directivos, está signada por la parcialidad del observador y su propio rol en la organización, es verdad para el que relata.
Todo actor en la organización tiene su legítima percepción de la escuela, en parte coincidente y en parte divergente con la de los otros.
La ESCUELA REQUERIDA como organización debería contar con:
-Un proyecto claro y compartido
- Ser promotora de salud en sus miembros.
- Operar con efectividad en el logro de sus resultados.
- Desplegar capacidad de aprendizaje para sí misma.
En la voz de los relatores se escucha la interrogación ¿qué hacer? ¿qué responsabilidad le cabe al docente? ¿dónde está el problema? Etc.
No hay aprendizaje organizacional sin transformación de este registro de la falla en pregunta, interrogante, demanda. Es precisamente la declaración de ignorancia la que arma el camino hacia el saber.
En los intersticios de algunos relatos se filtra la dificultad de la tarea, la soledad: conviven en ellos un grado de satisfacción y otro de insatisfacción.
Las reflexiones pedagógicas aparecen más nítidamente en las escuelas de mayores recursos o poblaciones más acomodadas: La privada y la universitaria: “ La propuesta de la escuela es simplemente aprender”, “encuentros de capacitación”. Los temas pedagógicos están presentes en ambas. Pareciera que sólo cuando hay un umbral mínimo de necesidades básicas satisfechas, existe el derecho a lo pedagógico, el derecho al conocimiento. Por debajo de ese umbral, la urgencia invade la agenda de la organización. El foco se corre a la permanencia de los jóvenes en la escuela. En la mora de estas cuestiones están las señales del estrés que se pueden percibir. El estrés no es tanto la sobrecarga de trabajo sino el desajuste entre la preparación del trabajador y las exigencias a las que se ve sometido no solo en cantidad sino en calidad y diversidad.
La escuela se inundó de contexto y tiene el peligro de naufragar en su condición de escuela, como los relatos de Matanza y Retiro. Se percibe un despliegue de una gestión de resistencia .
Todo proyecto contiene la idea de futuro, y toda resistencia se despliega en tiempo presente.
Una paradoja puede disparar acciones cuando, al resistir se logra ganar terreno a lo que invade. La lógica se va armando: la invasión insiste, la escuela resiste. Los directivos transmiten su esfuerzo mientras algunos hacen todo lo que pueden, otros declinan hacer lo que deben. Podría ubicarse como referencia para escuelas como Matanza y Retiro, que tengan existencia como tal y que recuperen su consistencia pedagógica.
En las escenas analizadas el relator es el directivo y es también protagonista, se hace cargo, escucha. La paradoja sistémica: cuanto más se está, allí donde otros no están hay masividad de demanda. La masividad puede neutralizar esa presencia por sobrerrequerimiento.
Aparecen en las cuatro narraciones como sujeto y objeto de máximo interés para el director el alumno, los jóvenes, no idealizados. La escuela no es la familia, es espacio social, hay derechos y deberes, en algún caso, la ausencia de éste lugar es asumida como tarea por la escuela, según Cristophe Dejours, tener lugar en el otro, en el mundo del trabajo, va dirigido al hacer. Se trata del reconocimiento por lo que alguien hace. Aparece la ganancia en la propia confianza.
También aparecen los docentes con sus múltiples rostros: el compromiso, la intolerancia, la soberbia, el esfuerzo. Puede incluirse en las escenas de las escuelas alguna organización que se transforma en posibilidad para el proyecto por ejemplo, la dependencia del gobierno de la ciudad para la guardería en Retiro.
La escuela tiene una función que cumplir, para hacerlo necesita de otras organizaciones operando en red y estableciendo alianzas.
Pistas para un modelo de gestión requerido. Escuela Universitaria (4ta escena)
Ensayo de dimensiones que ayudan a caracterizar el diseño de tal organización:
- Es objeto de deseo de los jóvenes, para ingresar y permanecer en la institución.
- Ha definido la direccionalidad de la organización y cuenta con un proyecto.
- Ese proyecto ha sido construido con los actores de la escuela.
- El proyecto plantea perfil de egresado sujeto, alumno y ciudadano que contempla demanda externa sin dejar de lado los valores sostenidos por la organización.
- Hay consistencia entre discurso y modelo de gestión.
- Diseña y desarrolla estrategias para desplegar el proyecto pedagógico.
- Ha desarrollado formas de gobierno colectivo sin declinar las diferentes responsabilidades de cada rol.
- La unidad de trabajo es el equipo.
- Trabaja su relación con el contexto dinámicamente.
- La evaluación es un recurso de la gestión.
- Tiene lugar para los alumnos y equipos docentes.
- La emocionalidad fundante es la confianza.
- Hay presupuesto y sostén.
- Se articula activamente con los sistemas, en éste caso la Universidad.
- Reflexiona y aprende continuamente.
- Posee un umbral de recursos mínimos para su funcionamiento.
- Es pública y gratuita.
Se elige rescatar de ésta gestión sus presuntos logros y fortalezas.
CAPÍTULO Nº 3 IDEAS QUE RESPONDEN, PREGUNTAS QUE NO CESAN
Para una clínica de las insstituciones
Presentación
Hacer clínica de las instituciones significa pensar hechos como sueños.
Éste escrito enfrenta la dificultad de tener que decir algo sobre testimonios de otros. Sobre lo que les pasa a los que dirigen, a los que enseñan, a los que aprenden.
1. Desechos clínicos:
Escenas que arman planes especiales para que un chico no abandone la escuela, que reúnen grupos enfrentados, que toman exámenes en institutos de menores, que discuten con los jóvenes para que se revea una medida, que sugieren modos de hacer reclamos, que distinguen actitudes entre docentes, que sueñan con trabajar de otro modo, etc. Éstas escenas retratan los tiempos que vivimos, voces de un presente que se escabulle entre la actualidad impensada. Ésa idea hace notar el riesgo de que problemas de la escuela se expresen como episodios delictivos.
Hay teorías que sugieren que la clínica de las instituciones no tiene que resolver casos sino atender acontecimientos.
2. Conflictividad:
La humanidad de una gestión es el tratamiento de un problema que no puede resolver. Un problema es una oportunidad para pensar. Una revuelta de ideas que necesitan entrar en un estado de discusión colectiva.
¿Es posible pensar una clínica institucional sin la idea de solución? ¿Tratar, no solucionar? ¿Tratar, no evitar? ¿Tratar no reparar?. Un caso no es un caso, sino una sensibilidad excedida.
La conflictividad es una condición institucional, la escuela es un espacio para la expresión de sacudidas problemáticas.
3. Testimonios:
Se leen estas historias como testimonios y no como comunicaciones.
¿El testimonio es donación de una posibilidad de pensar en otra cosa o de pensar una misma cosa como si fuéramos otro?
El testimonio provoca zarandeos de una discusión sin fin entre los que viven hundidos y sobrepasados en lo que les está pasando. Cuando un testimonio se vuelve problema colectivo, acontece la posibilidad de pensar lo impensado.
“No es fácil pilotear una escuela en estos tiempos. Muchas iniciativas pensadas desde las instancias de gobierno para paliar efectos de las crisis toman rumbos inesperados.” Se considera que el testimonio requiere una lectura atenta a lo que falta, a lo que no se puede decir.
4. Una perplejidad decidida:
¿Qué significa tomar una decisión?¿Hacer cumplir un contrato? ¿Inclinarse a favor de alguien? Tomar una decisión supone entrar en una turbación, un disturbio de voluntades. Una inquietud de acciones, pensamientos. Un desorden, una sacudida.
Cada decisión es un campo de disputas.
CAPÍTULO Nº 4 ESCUELAS EN ESCENA
Imágenes institucionales que estallan el discurso educativo
Los relatos narrativos parecen habitados por la densidad testimonial de la historia oral, escenarios en cuerpo presente, el pellizco de la existencia vivida.
A cercarse a lo que acontece en distintos escenarios es una propuesta al esfuerzo por desbloquear los obstáculos que se interponen ante “la experiencia de los otros”.
¿Qué es una escuela?, ¿cómo son vividas las escuelas? ¿qué los acontece a quienes transitan por ellas?
Los saberes de la institución educativa, realizan sus propias sustracciones para configurarse ellos mismos, como instituciones de los saberes biopolíticos: “lo que no está dicho en nuestra propia lengua.”
“…Se propone destacar algunos aspectos de cada uno de los escenarios institucionales, para luego intentar una articulación un tanto más transversal con el cometido de analizar estas escenas en su singularidad.
Ante las palabras leídas, ha sido difícil cernir límite que distingue la institución y su gestión educativa de todo aquello que no lo es.
Se plantea el desafío de sacudir la seguridad de nuestro saber leer las instituciones,, es un texto que intenta poner en diálogo las experiencias institucionales con las teorías o discursos que versan sobre las instituciones educativas”.
CAPÍTULO Nº5 LOS BORDES DE LO ESCOLAR
1- A MODO DE ENCUADRE: ACERCA DE LA DISTINCIÓN ENTRE EDUCACIÓN Y ESCUELA
La educación no admite las reducciones tecnocráticas, lucha por escapar del encapsulamiento que le propone la lógica del mercado, no se deja subsumir en un manojo de disciplinas y es siempre algo más que una necesidad real (C Castoriadis). La educación no se limita a una cuestión de estructuras y desborda lo curricular. En ese borde no se sabe aún la textura que tomarán las escenas escolares del nuevo siglo, hay actores encariñados con viejas formas; otros preocupados por cambiar modos.
Se puede hipotetizar que en las escenas de un nuevo tiempo sería deseable que la interlocución entre un profesor y un estudiante, no se vea interrumpida ni sustituida.
La cuestión del tiempo futuro y del tiempo por venir remite a otra aproximación a un borde. Siempre los efectos de las escenas escolares son resignificados, no se limitan a un presente, se hacen presente en la vida de cada sujeto en otro tiempo y fuera de la situación escolar en el territorio de lo social , lo que da cuenta de la extraterritorialidad.
Las narraciones remiten a los bordes de una edad, borde que coincide con el contorno de una adolescente embarazada que no necesariamente es el deseo de maternidad. El borde en que la textura del límite toma la forma de delito, más como desesperación que como vocación.
2- ACERCA DE LA ESCENA Y LA CONSTRUCCIÓN DE SENTIDO: CUESTIONES METODOLÓGICAS
En términos metodológicos, una escena recortada no carece de interés pero requiere prudencia, la escena dirá sobre lo que un actor considera importante para ser destacado, nos sugiere ausencias, es importante pero no suficiente para construir un saber. La pregunta, para construir teoría, producir conceptos, remite a la masa crítica de datos pertinentes.
Se trata de no dudar de lo expuesto por un actor, y al mismo tiempo buscar los mil modos en que una institución se dice a sí misma.
Cuando la observación/narración está a cargo de alguien “externo” a la institución, es necesario explicitar el marco desde el cual la realiza, dejar clara la “demanda” de la institución
Es necesario detenerse a considerar el destinatario de la elaboración . Podría darse el caso de un observador que en el marco de una investigación, elaborase un trabajo sobre ella cuyos destinatarios fueran sus pares y no los miembros de la institución. Pudiera ocurrir que la observación fuera llevada a cabo por un investigador, consejero, a solicitud de la institución, para ser presentada ante el conjunto de los actores institucionales.
El problema surge, en los sistemas y en las instituciones, cuando la concepción de gestión se simplifica, se reduce a un tema organizacional o se vuelve banalización administrativa.
Desde la perspectiva teórica no se puede avanzar en un diálogo puntual con cada escena propuesta ya que los actores no están presentes ni representados, no se cuenta con una masa crítica de datos, no se ha podido profundizar el contexto de descubrimiento (conjunto de factores históricos, sociológicos, económicos, psicológicos, cognitivos que favorecen o inhiben la producción de conocimientos). Vale construir un conjunto de proposiciones, para intentar trabajar simultáneamente sobre cuestiones metodológicas, andamiajes conceptuales y prácticas institucionales.
Las narraciones abren otras cuestiones, también de borde, de frontera. El límite de la acción escolar, el límite de las iniciativas, los límites borrosos de una adolescencia que sale del manual, los cercos internos entre instituciones y entre instituciones y gestiones.
3-SOBRE LOS ACENTOS DE LAS NARRACIONES Y ALGUNAS NOCIONES EN JUEGO
En dos de los relatos aparece claramente explicitado el carácter estructurante del mandato familiar de escolaridad, dando a suponer que en algunas instituciones opera una cierta coincidencia entre mandato familiar, y proyecto institucionalizado..
También se plantea el peso que pueden adquirir las representaciones familiares sobre una escuela, el costo a asumir por aquel miembro de la familia que no logre “pertenecer” a la institución.
En otros casos el mandato de escolaridad parece surgir del vínculo que la institución promueve con los estudiantes. Es la institución la que crea pertenencia y permanencia del estudiantado, volviéndose importante. El sentido de ir a la escuela lo estaría proporcionando la propia escuela. En todos los casos la figura del estudiante conserva algunos rasgos familiares pero también ha incorporado componentes de angustia y una preocupación por el futuro en el marco de un presente poco prometedor.
.Son las escuelas que salen de sus fronteras, que hacen del barrio sus territorios, las que no dudan en acercarse a los institutos de minoridad, las que hacen de la solidaridad un eje de trabajo, las que más parecieran redefinir su especificidad.
Es en las escuelas, donde hay espacios de reconocimiento, donde la vida del otro significa. Es también allí donde surgen las buenas preguntas. Preguntas sobre lo desconcertante, sobre las resistencias, sobre las responsabilidades compartidas y específicas.
No se trata solamente de escolaridad obligatoria entendida como “obligación de asistencia”, se tata de entender que la escuela es un espacio de obligación, responsabilidad, de no resignación. LA
ESPECIFIDAD DE LOS ESCOLAR REMITE ENTONCES A RESPONSABILIDAD DE EMANCIPACIÓN INTELECTUAL.
La identidad de las instituciones es siempre un conjunto de rasgos que combinan invariancia y cambio, conservación e innovación. Los proyectos que cada institución se da a si misma se concretan como lo dándose. Es también en ese dándose que las lógicas de los actores los tiñen con sus matices, se articulan para complementarlos y enriquecerlos o se instituyen en obstáculos para llevarlos a cabo.
La identidad es la manera de trabajar el transcurso del tiempo, su devenir mismo. La identidad aparece como un conjunto de identificaciones a lo que asegura el pasaje de la gramática individual a la colectiva, nos abre la posibilidad del pasaje del yo al nosotros.
De esto se trata en las narraciones, está en juego, la definición de una identidad educativa que sobre los bordes se trabaja a sí misma.
La escuela podría así entenderse como la salida de una inercia, el acontecimiento de una oportunidad de estar al borde de los registros del saber, hacer de ese borde una frontera transitable, alojar el porvenir y darle la posibilidad de que no sea reproducción ni repetición.
EPÍLOGO TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE
Las páginas que se presentan a continuación resultan del impulso que ha provocado la lectura de todo el material. Lo interesante de un texto no es lo que dice sino lo que permite pensar. Recorrer las escrituras disparó una serie de ideas sobre las transformaciones de la escuela que se puede ordenar en cuatro ejes de discusión:
- La caída de una ilusión.
- El estallido de la representación,
- Los pliegues de la conflictividad social y
- La gestión como ética.
La caída de una ilusión
Lo que cae es el Estado-nación en su capacidad de imponer un orden simbólico y por ende la ilusión civilizatoria de la escuela que prometía formar un sujeto igual ante la ley, portados de una moralidad compartida alrededor de los valores nacionales, de participar del bien común.
¿Qué se ha instaurado en su lugar, qué es lo nuevo? Lo nuevo es que la potencia soberana del Estado se muestra impotente frente a los reclamos o estamos frente a un poder sin autoridad, todos somos responsables. La promesa del Estado parece haber sido sustituida por la promesa del mercado, allí todo está disponible: objetos, reconocimiento, credenciales.
La escuela cayó como ilusión forjadora de un sujeto universal pero además que la institución está suspendida en tanto no dispone de ninguna narrativa en la que anclar la constitución de lo social.
La caída de una ilusión podría contener alguna posibilidad si obliga a abandonar el hábito de pensar en las escuelas como entidades esenciales que deberán responder siempre a sus intenciones fundacionales.
Pero si esta caída arrastra otras, como la caída del otro, la caída de referencias en nombre de las que hablar, la caída del saber puede traer sufrimientos y rupturas sociales inéditas.
El estallido de la representación
Ser alumno en la etapa adolescente de acuerdo con las matrices culturales tradicionales sólo era compatible con la posición de ser hijo. El hijo y el alumno dependían del adulto, no tenían a nadie a cargo, su responsabilidad se reducía a la formación y en ocasiones al ocio, eran vistos como portadores de los mandatos del mundo adulto. A medida que crecía la escolarización descendía el trabajo en la población infantil.
Ser docente ya no resulta equivalente a autoridad académica sino que es evaluada por los alumnos quienes dictaminan su capacidad de enseñar por ejemplo dicen: “la clase es un despelote, el profe no pone límites, no escucha…”
La imagen del joven no es la única que estalla. La representación de lo que significa conducir una escuela también aparece dislocada. El rector ya no es aquel que en su indeclinable función de educar, moralizar hace caso omiso de lo que le acontece a los alumnos fuera del marco escolar. Se involucra, por ejemplo: junto a los profesores buscan nuevos modos de evitar que la institución se torne expulsiva.
Los pliegues de la conflictividad social
Castoriadis señala que el mayor problema de la época contemporánea es que ha dejado de ponerse a sí misma en tela de juicio. En el plano educativo esto supone dejar de pensar la escuela como institución y sólo pensar cada escuela en particular o cada contingencia en su territorio.
-La ética de la gestión
Gestionar una institución supone un saber sobre la situación en la que se interviene. Lo interesante de una gestión se mide por la capacidad de crear condiciones para que algo se movilice en los sujetos y en las matrices culturales de la institución.
La gestión como ética orienta a pensar las escuelas como las instituciones capaces de habilitar que otras cosas, de otro orden puedan suceder. La ética está unida a la decisión. Es un hacer apoyado en la capacidad de “leer” las situaciones y de decidir frente a su singularidad. La singularidad de una situación (violencia, embarazos) remite a modos de hacer, modos en que son dichas diversas situaciones.
La gestión como ética supone dejarse alterar por un problema implica moverse de lugar, desbordar las medidas usuales para analizarlo. El problema no está resuelto con el jardín maternal, hay mucho para pensar. Si la conflictividad es una interferencia, las opciones en relación con las madres adolescentes hubieran sido otras: multiplicar las clases de educación sexual para evitar futuros embarazos, sugerirles a las alumnas que rindan como libres, ampliar el margen de inasistencias justificadas.etc.
Hay algo insoslayable para hacer escuela y es la existencia de narrativas donde anclar sentidos; sin ellas podrá haber organización, capacitación, competitividad tecnológica, pero no escuela.
VALORACIÓN PERSONAL Silvia V. Benedetich
El texto muestra como la escuela y sus actores se ven atravesados por los distintos contextos, los jóvenes no son los mismos. La institución debe responder a esta realidad involucrándose para mejorar la situación, desde éste punto de partida la importancia de la gestión: no olvidar cuál es su principal objetivo manteniendo el rol pedagógico en tanto los proyectos construídos, ( para tratar los problemas) tengan capacidad de producir diferencia en el sujeto y permita crear condiciones de cambio.
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